Coronas de Porcelana
Las coronas de porcelana son traslucidas y ligeras, la transparencia de la cerámica puede imitar al diente natural en cuanto a la forma, al tamaño y al color de los dientes propios permitiendo un mejor paso de la luz a través del diente y proporcionando un resultado muy estético. Las coronas recubren toda la superficie del diente devolviéndole su forma y tamaño original, asimismo sirven para remplazar de forma artificial y segura la falta de dientes.
Las coronas se utilizan, generalmente, para proteger y fortalecer el diente que no se puede reparar con resina u otro tipo de restauraciones, también se utilizan para recubrir dientes por motivos estéticos, dientes severamente pigmentados, desgastados o fracturados.
Las coronas y puentes cerámicos de varias piezas son biocompatibles y en ningún caso causan coloración grisácea de las encías ni irregulares con el paso del tiempo en el reborde de la corona y el diente enfundado a diferencia de las coronas de metal-porcelana que con el paso del tiempo si pueden dejar contornos no estéticos por las frecuentes retracciones de la encía.
En cuanto a la resistencia de puentes totalmente cerámicos, el Zirconio da la seguridad necesaria para poder, con puentes totalmente cerámicos, conseguir una resistencia semejante al metal, el Zirconio se ha llamado “metal blanco” . El Zirconio aun siendo de las porcelanas más resistentes es conveniente revestirlo de porcelana feldespática para conseguir la mejor estética posible. Además de estas dos porcelanas existen otras como el Disilicato de Litio o la Alúmina que se pueden utilizar según las necesidades y exigencias del caso para conseguir una buena resistencia con la mejor estética.